a medida que pasan los días voy teniendo más ganas de repasar en mi mente todo el proceso de la llegada de Minerva. me encuentro varias veces al día recordando, recorriendo, recreando. no sé si son intentos de "agarrarlo", de aferrarme a cada minúsculo detalle, de no perderlo (como si eso fuera posible...) o si intento entenderlo, quizás terminar de creerlo. de mi cuerpo salió otro ser. de mi cuerpo saqué otro ser.
el miércoles 23 fui al control con Gustavo (obstetra) y me hizo el tacto de rutina, pero me dijo que aún faltaba... mi fecha era el 29 y estaba todo en proceso, pero que fuera el viernes 25 a un monitoreo con Adriana (partera) pero tranqui... "antes del viernes no pasa nada"
esa misma noche tipo 21hs empecé con contracciones tipo "dolor de ovarios", era la primera vez que las sentía ahí, porque siempre habían sido altas como en el estómago. venían cada 10/15 minutos, pero no le dije nada a JP hasta no estar segura de que eran regulares. después empezaron un poco más frecuentes... y ahí empezamos a contar. JP que cronometraba esperando que fuesen exactos 5 minutos y diciendo "no, estas no son de verdad" y yo confundida porque se suponía que "aún faltaba", pero las contracciones no paraban y sentía "Minerva está viniendo, lo sé" y eran molestas para no decir dolorosas (ahí descubrí que todo lo que canchereaba en relación a mi umbral de dolor era cualquiera)
La llamé a Adri después de 3 horas, con un poco de culpa y vergüenza porque era la medianoche y "no quería molestar" (claramente mis pedidos un poco en chiste de cada noche a la beba de "porfa no me hagas salir a la madrugada, bancame a la mañana" demuestran que llegan cuando se les canta) me dijo que tome una buscapina y viera qué pasaba; y la volviera a llamar a las dos horas. Por supuesto no me hizo nada, las contracciones eran cada vez eran más frecuentes, no paraban y dolían más... así que 2:30am salimos para el Sanatorio.
Yo creyendo que después de 6 horas de contracciones ya estaba a un pasito nomás... pero en la guardia Adri me dice "estás con 2 de dilatación... pero ya que estás acá internate. Seguro nace para cerca del mediodía"
Creo que ahí fue la primera sensación de "yo con esto no voy a poder". Se me hacía eterno. Y con todo el cansancio de un día encima. Y como todo lo que no dimensiono, me superaba: ¿cuánto tiempo más puede llegar a ser? ¿cuánto dolor más puedo llegar a sentir? era como si necesitara un parámetro.
Lo que siguió fueron horas de respirar, caminar por la habitación, concentrarme en canalizar (valga el término), hablándole a mine, uniéndonos para hacerlo juntas, crema de enebro en la cintura que parecía me iba a partir al medio, un instinto de rotar la pelvis hacia adelante para aliviar el dolor, música en los auriculares, abrazarlo a JP fuerte, dejarme acunar, respirar y entregarme. entregarme entera a las ganas de llorar, al dolor, a ser un pasaje, a ser mujer. me acuerdo de repetir en mi cabeza en el medio de mi estado de mambo medio nebuloso "agradezco ser mujer. agradezco poder parir. agradezco esta experiencia". entregarme a esto que era más grande que yo.
y vivir el cuerpo con otra conciencia. todo lo que me había preparado en yoga, en BAM, sentirme un canal y visualizarme como canal. acompañar con la respiración y la intención. sentirme fuerte y elástica, entender mi cuerpo y lo que necesitaba. recordaba la "despedida" de las clases dos días antes, rodeada de mujeres que en ronda y también con sus panzas irradiaban esa energía animal y femenina.
A las 6am rompí bolsa y cuando vino Adri a hacerme el monitoreo ya tenía 5cm, a la hora tenía un poco más de 8 y enseguida ya estaba casi del todo; y empezamos a "practicar" los pujos los tres. Sentada en la cama, agarrándolos de las manos, esperando cada oleada de energía que se concentraba en el vientre para empujar. Uno, dos, tres pujos en cada contracción; uno, dos, tres contracciones. ¿Cuánto más? Por un momento creí que iba a parir ahí en la habitación porque cada pujo me decían "ya está eh, ya viene, ya viene" y yo sentía que me abría, y que en serio ya estaba ahí. hasta que trajeron una silla de ruedas y Adri dijo "vamos a la sala de parto". Recuerdo como todo medio borroso, un ascensor, no miré a nadie a la cara, estaba todo muy tranquilo. No sentí tensión, ni apuro, ni nada... sentía que la única "alerta" era yo. tengo recuerdos de Gustavo bajando las luces de la sala con un dimmer (?), haciendo un chiste de "bueno, viste que me puedo equivocar" porque me la mañana anterior me había dicho que faltaba, y Adri ayudádome a acomodarme en el sillón. Fueron varios pujos en otras 3 contracciones, Adrí y Gustavo me decían "hacé caca" para indicarme cómo y yo quería reirme, hasta que me dijeron "Agus abrí los ojos!" y le vi la cabecita entre mis piernas, le vi una vuelta de cordón en el cuello y ni vi cómo se la sacaron. Y yo ya no podía más, pero me pidieron "uno más pero sin soplar" y saqué toda la fuerza que no me quedaba de las ganas de conocerla que tenía, hasta que me dijeron "pará, listo, listo, ya está" porque yo seguía haciendo fuerza y salió entera, larguísima, increíble y calladita. Hasta que empezó a llorar y me la pusieron en el pecho y se calmó. Y yo no paraba de temblar de emoción y decirle "bienvenida" y lagrimear.
Un ratito después alguien me dice "ya está, ¿viste? ¿el año que viene volvés por otro?" y en el agotamiento la única dosis de humor que atiné a responder fue "no, el segundo lo adopto".
la verdad es que volvería por un segundo y un tercero. es inexplicable, pero claro que volvería.
Eran las 8:20am y yo de manual con un parto primerizo de casi 12 horas de trabajo. sin anestesia, sin analgesia, sin goteo, sin apuros, sin invasiones. rodeada de gente impecable y cálida. no fue en casa, no fue en bañera, pero fue lo que podía y tenía que ser.
Minerva pesó 3,300, midió 52cm y tiene la cara del padre.
no usaría ninguna de las palabras que alguna vez escuché para describir otros partos: hermoso, divino, lindo. fue fuerte, intenso, emocionante, doloroso, increíble. fue mío.
o nuestro mejor dicho. de las dos. de los tres.