30.7.14

desconsuelo


un mediodía vamos a comer afuera con la beba.
marido pide cerveza y yo agua.
camarera trae el pedido y dice: "la pinta para quien es? ah! claro, para él, que tonta, vos estás amamantando no?"
y me largo a llorar ahí mismo.

es otro puñal que se me clava. seré exagerada. nada quise más en mis fantasías de maternidad que amamantar. y ante las dificultades probé todo lo que había que probar: asesoramiento, levadura, sacaleche, pastillas de domperidona, malta, flores de bach, reflexología, descansar, piel con piel, reiki, tomar mucho líquido, relactador. relajarme. TODO. Tiempo, plata, energía y lágrimas invertidas en poder alimentar a mi hija como quiero.
y no pude. o al menos no como yo imaginé y deseé.
que ser madre no es amamantar, que se nutre de mil maneras, que la conexión pasa por otros lados. todo muy lógico.
pero cuando no hay consuelo, no hay consuelo. yo soñé con dar el pecho. y lo poco que pude hacerlo fue una experiencia increíble de amor, de placer, de magia. nutrir desde el cuerpo, ser mamífero. disfrutarlo.
el fantasma de lo ideal me deja en la intemperie del desamparo y la culpa. el fantasma de mis deseos me deja en la frustración y el enojo.

y el universo que me rodea no para de taladrarme con que la leche materna es la única opción respetable, que TODAS podemos, que QUERER ES PODER, que viva la semana de la lactancia materna, que "no sé qué hacer con tanta leche que me sale", que un bebé sano es un bebé alimentado con teta, etc etc y fucking etcétera.
y lo entiendo. antes de estar de este "otro lado", yo misma estaba en ese fundamentalismo de la teta, nutrilon era una mala palabra. veneno. que está todo en la mente, que si no podés es porque no querés.

"estás encaprichada" me dicen, "si la nena está gordita, sana, divina, let it go" pero no puedo.
y me enojo pero no sé con quién. conmigo, con el mundo de las maternidad que discrimina, pone etiquetas y acusa, con la naturaleza que me hizo así, con mis limitaciones. con mi neurosis controladora y la dificultad para asumir que no manejo todo. con la injusticia del universo (ya dije que quizás soy exagerada), querer y no poder.

por una vez en la vida "ser diferente" me afecta. por una vez en la vida una parte mía necesita que le digan "eso es normal". porque no sé cuándo parar. insistir y frustrarme y creer que quizás haya algo más para probar. y buscar explicaciones que no aparecen.